El fuego de la esperanza: La vida después de un ataque cardíaco

Disfrutar de la esperanza después de sobrevivir a un ataque cardíaco

Recuperar la esperanza después de un ataque cardíaco requiere determinación y mucha ayuda. Jeff Breece comparte su inspiradora historia.

En un momento estaba caminando por un sendero, con la mochila ajustada a mis hombros. Al otro, tenía la bota, el tobillo y la pierna hundidas en lodo espeso hasta más arriba de la rodilla. ¡Squish-suck-slosh! 

Con esfuerzo, pude sacar la pierna del lodo, pero perdí la bota de senderismo en el proceso. Metí la mano para buscarla; tenía el lodo hasta el codo. Usé toda la fuerza del brazo para recuperarla. 

Pero una vez que recuperé mi premio, sonreí cuando volví a ponérmela. Pensé en lo afortunado que era de poder caminar por la naturaleza. 

Perder la esperanza puede sentirse así, como perder una bota o algo que se necesita para seguir adelante. Recuperar esa esperanza requiere fuerza, voluntad y, a veces, ayuda.

Tener muchos sentimientos diferentes es normal

Esta publicación se trata sobre mi lucha como sobreviviente de un ataque cardíaco. Más importante aún, se trata de cómo mantuve (y mantengo) viva mi esperanza a medida que el mundo emerge lentamente de una pandemia mundial.

Pasármela sentado en mi oficina en casa durante el último año me ha dado mucho tiempo para pensar en todo. 

Estoy en un estado confuso. Estoy agradecido porque puedo vivir y trabajar en casa. Muchas personas no tienen ese lujo. 

Pero también siento dolor. Estoy en duelo por lo que las personas han perdido debido al coronavirus. En duelo por el colapso económico. En duelo por, y parece que pasó hace años, la reacción violenta que enfrentaron los manifestantes de los derechos civiles.

El año pasado fue un momento particularmente volátil. Es una tarea ardua tomarse las dificultades con calma mientras se intenta mantener el equilibrio, la calma y la estabilidad emocional.

La esperanza es una elección

Mi elección de mantener la esperanza requiere mucho trabajo. Después de mi ataque cardíaco, tuve que hacer una lluvia de ideas sobre algunas técnicas. 

Uso ejercicios de respiración, me concentro en el sueño y mantengo una rutina que apoya mi salud física y mental. Sin embargo, hubo momentos en los que las técnicas de rutina y de respiración no fueron suficientes. 

Fue en uno de esos momentos cuando supe que esto implicaría una elección. Podemos elegir sentirnos abrumados por el duelo o podemos, mientras procesamos esas emociones y no las bloqueamos, cambiar nuestro enfoque hacia la esperanza. 

Yo mantengo viva la esperanza caminando por el bosque. Usted puede hacer otra cosa. Correr, tal vez, o bordar, jugar juegos de mesa, cocinar o simplemente hablar con otras personas. Todos usamos actividades, como pasatiempos, para sanar y restaurar nuestro equilibrio emocional.

Esperanza significa que no se sentirá derrotado, sin importar lo que le depare la vida

Tenía muchos planes para el año pasado. Quería hacer, al menos, dos viajes de mochilero por mes. Planeé hacer mucho entrenamiento de piernas y resistencia para escalar montañas en verano. 

También ansiaba subirme a una motocicleta, salir a la carretera e ir conociendo personas con ideas afines en el camino. El tipo de amigos que disfrutan de ensuciarse al aire libre y hacer caminatas de varios días, caminar por los arroyos, comer alrededor de una fogata y dormir bajo las estrellas. 

Honestamente, quería restablecer todo mi estilo de vida. Estaba planeando hacer grandes cambios para lograr mis metas, incluida mi primera caminata exhaustiva. 

Hasta la fecha, he caminado 100 millas durante seis días solo una vez. El resto de mis viajes fueron caminatas de dos a cuatro días. Estaba pensando en hacer una caminata de 45 días por la Costa Oeste. Me tomaría tiempo libre del trabajo para relajarme y adoptaría un estilo de vida más al aire libre y sin ataduras, mientras tuviera salud para hacerlo. 

Durante mis días de maratón, solíamos decir: “Corro hoy porque algún día no podré hacerlo”.

Encontrar los “regalos ocultos” de sobrevivir a una enfermedad cardíaca

Todos tenemos desafíos como sobrevivientes de ataques cardíacos. Algunos de nosotros sufrimos mucho después de nuestro primer ataque cardíaco, y es difícil ajustarnos. Mi mundo estaba dado vuelta. 

Solía levantar pesas en el gimnasio cinco o seis días a la semana. Estaba avanzando hacia cargas cada vez más pesadas, para alcanzar mis objetivos de acondicionamiento físico. Luego tuve lo que se llama un ataque cardíaco “creador de viudas”. Me enviaron a casa con una bolsa de medicamentos y un stent en el corazón. 

Aparentemente, tenía un “riesgo bajo” de tener un ataque cardíaco, pero de todos modos sucedió. Perdí la alegría de ir al gimnasio y dejé de hacer sentadillas y levantamientos de peso muerto que amaba. 

En cambio, aprendí a disfrutar de actividades de resistencia como correr y hacer senderismo. Tal como dijo una de mis tías: “Cuando la vida te quita algo, generalmente deja un regalo oculto en su lugar”. 

Las carreras me dieron la oportunidad de volver a conectarme con el aire libre. En ese momento, estaba agradecido por la calma que me trajo. Correr y hacer senderismo me daba sentimientos reales de esperanza todos los días de la semana. Sabía que tendría que controlar mi afección cardíaca toda mi vida, pero por primera vez no tuve miedo. Tenía enfoque y, por lo tanto, alegría. 

Estos sentimientos fueron los “regalos” que me dio el ataque cardíaco. Es posible que haya encontrado algo diferente, pero la forma en que nos redefinimos es lo que importa. 

Algunas personas se refieren a la vida después de un ataque cardíaco como “la nueva normalidad”. Creo que deberíamos vernos como sobrevivientes que quieren volver a aprovechar la vida al máximo.

Trabajar hacia nuestros objetivos, sin importar cuáles sean

Desafortunadamente, todos mis planes se cancelaron debido a la COVID-19, así que tuve que pensar en lograr mis objetivos de otra manera.

Escaneé el estado en el que vivo en busca de senderos “más silenciosos” y parques estatales sin mucho tráfico peatonal. He estado yendo a esos lugares todos los fines de semana, respetando la necesidad de distanciamiento social.

Siempre tengo un “paquete listo” guardado en mi camioneta. Lo único que necesito hacer es agarrar mi mochila, algo de comida y agua y salir a la carretera. Armo la carpa, enciendo una fogata, escucho los sonidos del bosque por la noche y veo salir las estrellas.

Viajes como estos fueron los mayores estimulantes de mi estado de ánimo durante un año extraño, en el que la soledad fue moneda corriente para muchos de nosotros.

Confío en la esperanza

Mi próxima publicación continuará con este tema de la esperanza. La esperanza es más importante que nunca y es vital para nuestra salud mental. Recibirá algunas historias sobre cómo entreno para medias maratones como sobreviviente de un ataque cardíaco.

¡Siga adelante! Todos podemos superar esto.

NPS-IE-NP-00311 Julio 2021

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Este contenido fue publicado originalmente por Teva en el sitio web Life Effects.